Luz en la oscuridad
Cuadros de distribución compactos en la Cueva de Dechen
A porcentajes de humedad del aire cercanos al 100 %, los sensibles componentes electrónicos con frecuencia alcanzan sus límites de operatividad. Para proteger estos componentes a tales condiciones extremas y evitar la formación de agua de condensación, en la Cueva de Dechen se utilizan cuadros de distribución compactos de Spelsberg.
Aun 148 años tras su descubrimiento, la Cueva de Dechen en Iserlohn, Alemania, atrae cada año a unos 60.000 visitantes.
"En el invierno de 2014/15 reequipamos por completo toda la cueva con tecnología LED", relata Thomas Warnke, electricista de una empresa local encargada del suministro electrotécnico de la cueva. A continuación también se cambió todo el cableado. Los gruesos arneses de cables que aseguraban la conexión entre los 25 cuadros de distribución de la cueva y los numerosos proyectores fueron sustituidos por una moderna tecnología de bus, lo que permitió simplificar considerablemente el cableado y reemplazar los numerosos relés de los cuadros por modernos componentes electrónicos, reduciéndose así las necesidades de espacio.
La alta calidad de la electrónica utilizada hizo que los cuadros de distribución se vieran sometidos a requisitos muy especiales. Los cuadros de distribución utilizados hasta entonces eran productos de buena calidad, pero en ellos se formaba regularmente agua de condensación, por lo que ya no eran adecuados.
"En la cueva tenemos una humedad del aire de aproximadamente el 100 % con una temperatura de 10 °C en el interior. En las entradas, la temperatura varía en función de la temperatura exterior, de modo que, en días de verano sofocantes, se obtienen valores elevados de humedad debido al agua condensada", explica Stefan Niggemann, director de la cueva y del adyacente Museo Alemán de Espeleología.
A esto se añade la problemática de que la iluminación de la cueva se enciende de un modo muy irregular. Mientras que la iluminación funciona continuamente durante los horarios de visita, por la tarde/noche las luces están apagadas durante horas. Ello hacía que el espacio interior del cuadro de distribución se calentara regularmente, para a continuación volver a enfriarse y llenarse de nuevo con el aire húmedo de la cueva. Las envolventes utilizadas hasta entonces eran herméticas al agua, pero no al gas, por lo que la humedad se almacenaba en el espacio interior y se acumulaba con el tiempo, una circunstancia insostenible para los responsables, ya que ello provocaba además unos gastos elevados de mantenimiento y reparación.
Precisamente por aquel entonces fue cuando Spelsberg lanzó al mercado su cuadro de distribución AK Air. Por ello Alexander Schmidt, empleado de Spelsberg, fue recibido por su cliente Thomas Warnke de muy buen grado.
Lo verdaderamente especial de esta envolvente son los elementos de ventilación integrados, una novedad mundial que impide la formación de agua de condensación de un modo fiable dentro del cuadro mediante el intercambio permanente de aire y presión. De ese modo, el aire introducido durante el enfriamiento puede escapar de nuevo sin dificultades junto con la humedad al producirse un nuevo calentamiento.
Los elementos de ventilación están dotados de una forma especial que impide totalmente el acceso de agua o cuerpos extraños al espacio interior. Ello hace posible conservar el grado de protección IP 65 a pesar del intercambio permanente de aire.